HUMANISMO MARXISTA
Karl Marx (1818-1883)
Pensador socialista y activista revolucionario de origen alemán (Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883).
Filósofo alemán. Aunque su familia era de ascendencia judía, su padre se convirtió al protestantismo, lo que influirá en él, pues tiene mayor independencia frente a la tradición judía.
Su primera formación intelectual la recibió del baron Ludwing von Wesrphalen, aristócrata ilustrado y liberal, cuya hija Jenny sería el único y gran amor de Marx. No poco influirá su propio padre, cuya profesión era la de abogado, en esta iniciación intelectual.
En 1843, año en que se casó con Jenny, marcha a París, donde conoce a los socialistas seguidores de Fourier, Saint-Simon... y emprende la crítica del hegelismo, de la que quedará como válido el método dialéctico.
Un año después conoce en París a Engels. Entonces es cuando comienza a enunciar su visión dialéctica de la Historia a través de conceptos como la lucha de clases, así como sus ideas sobre las contradicciones internas del capitalismo. Estas concepciones provienen, al mismo tiempo, del estudio de los historiadores franceses, de la lectura de los socialistas utópicos, de las indicaciones de Engels acerca del capitalismo como estructura económica, y todo ello interpretado dialécticamente.
A partir de 1845, la vida de Marx y su familia es particularmente dura y mísera.
En 1847 entre él y Engels escriben el «Manifiesto Comunista», donde presentan una alternativa revolucionaria para resolver las contradicciones propias de la sociedad clasista.
En 1849 se establece en Londres. De 1850 a 1860, Marx y su familia sufren extremas privaciones: varios de los hijos mueren de miseria. Marx no abandona su actividad febril y Jenny no deja de apoyarle en todo momento. Pero las penalidades, el exceso de trabajo y la mala alimentación minaron la salud de Marx y, a partir de 1871, su actividad decae.
Sus escritos principales son «La miseria de la Filosofía»; «Manifiesto Comunista»; «Crítica al programa de Gotha» y «El Capital», que quedaría inconcluso.
La importancia histórica de Marx debe centrarse en tres conceptos: 1.° Concretización de la dialéctica hegeliana en el estudio de la Historia basándose en las relaciones económicas de los hombres (materialismo histórico); 2.° A un nivel más general, la creación de un método de interpretación del mundo partiendo de presupuestos puramente materiales y en función de una evolución constante y dialéctica (materialismo dialéctico). 3.° Dotó de un primer programa conciso y científico al movimento obrero mundial. Activó y dio una orientación primera a este movimiento.
CARACTERÍSTICAS DE ESTE HUMANISMO:
- "La alienación económica es la que engendra todas las otras" (Marx) . En el obrero la religión es un consuelo, ya que carece de otros, dice el marxismo.
- La religión aliena y es urgente desembarazarse de ella.
- El hombre debe inventar su propia religión como afianzamiento de su propia identidad y liberación de las opresiones. Si Dios aliena, sólo habrá hombres libres sin religión. El hombre es el Dios del hombre.
- El hombre es pura inmanencia material: al ser el hombre el ser supremo no lo podemos relacionar con algo que no sea él, su realidad social y económica.
- El Estado es el patrón y dueño del hombre. EL hombre está sometido a él. La identidad del proletariado se da en el Estado. El hombre en sí, solo, no es nada ni nadie, lo más es un conspirador burgués.
- Los hombres están divididos en clases: la burguesía opresora y el proletariado oprimido.
- El hombre en el marxismo es sujeto de producción colectiva para el Estado.
- El hombre carece de las libertades mínimas: expresión , elección, asociación. Existe un partido único gobernante de religión atea y la producción es socializada.
- La historia es el tiempo en el que el obrero debe derrotar al capital. La lucha de clases es esencial a este humanismo.
- El hombre vale únicamente si produce. Los demás son parásitos del Estado.
HUMANISMO DESHUMANIZANTE
Friedrich Nietzsche
Röcken, actual Alemania, 1844-Weimar, id., 1900) Filósofo alemán, nacionalizado suizo. Su abuelo y su padre fueron pastores protestantes, por lo que se educó en un ambiente religioso. Tras estudiar filología clásica en las universidades de Bonn y Leipzig, a los veinticuatro años obtuvo la cátedra extraordinaria de la Universidad de Basilea; pocos años después, sin embargo, abandonó la docencia, decepcionado por el academicismo universitario. En su juventud fue amigo de Richard Wagner.
La vida del filósofo fue volviéndose cada vez más retirada y amarga a medida que avanzaba en edad y se intensificaban los síntomas de su enfermedad, la sífilis. En 1882 pretendió en matrimonio a la poetisa Lou Andreas Salomé, por quien fue rechazado, tras lo cual se recluyó definitivamente en su trabajo.
Los últimos once años de su vida los pasó recluido, primero en un centro de Basilea y más tarde en otro de Naumburg, aunque hoy es evidente que su encierro fue provocado por el desconocimiento de la verdadera naturaleza de su dolencia. Tras su fallecimiento, su hermana manipuló sus escritos, aproximándolos al ideario del movimiento nazi, que no dudó en invocarlos como aval de su ideología; del conjunto de su obra se desprende, sin embargo, la distancia que lo separa de ellos.
Como crítico de la cultura occidental, Nietzsche considera que su sentido ha sido siempre reprimir la vida (lo dionisíaco) en nombre del racionalismo y de la moral (lo apolíneo); la filosofía, que desde Platón ha transmitido la imagen de un mundo inalterable de esencias, y el cristianismo, que propugna idéntico esencialismo moral, terminan por instaurar una sociedad del resentimiento, en la que el momento presente y la infinita variedad de la vida son anulados en nombre de una vida y un orden ultraterrenos, en los que el hombre alivia su angustia.
La «muerte de Dios» que anuncia el filósofo deja al hombre sin la mezquina seguridad de un orden trascendente, y por tanto enfrentado a la lucha de distintas voluntades de poder como único motor y sentido de la existencia. El concepto de voluntad de poder, perteneciente ya a sus obras de madurez, debe interpretarse no tanto en un sentido biológico como hermenéutico: son las distintas versiones del mundo, o formas de vivirlo, las que se enfrentan, y si Nietzsche ataca la sociedad decadente de su tiempo y anuncia la llegada de un superhombre, no se trata de que éste posea en mayor grado la verdad sobre el mundo, sino que su forma de vivirlo contiene mayor valor y capacidad de riesgo.
Otra doctrina que ha dado lugar a numerosas interpretaciones es la del eterno retorno, según la cual la estructura del tiempo sería circular, de modo que cada momento debería repetirse eternamente. Aunque a menudo Nietzsche parece afirmar esta tesis en un sentido literal, ello sería contradictorio con el perspectivismo que domina su pensamiento, y resulta en cualquier caso más sugestivo interpretarlo como la idea regulativa en que debe basarse el superhombre para vivir su existencia de forma plena, sin subterfugios, e instalarse en el momento presente, puesto que si cada momento debe repetirse eternamente, su fin se encuentra tan sólo en sí mismo, y no en el futuro.
CARACTERÍSTICAS DE ESTE HUMANISMO:
- Para Nietzsche la pureza de la raza es un valor supremo.
- El superhombre nietzschiano está más allá del bien y del mal. "Hay que pasar de la moral de esclavos a la moral de los dominadores". No existen límites éticos y el instinto está por encima de lo moral. Esto dio lugar al relativismo ético que hoy perdura en la sociedad.
- Propone el criterio del dominio de los otros como norma de progreso. Fue utilizado por el nazismo.
HUMANISMO EXISTENCIALISTA
Este humanismo nace a principios del siglo XX y tuvo como exponentes dos grandes intelectuales franceses Jean Paul Sartre y Albert Camus.
Jean Paul Sartre
(París, 1905-id., 1980) Filósofo y escritor francés. Precoz lector de los clásicos franceses, en 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y conoció a Paul Nizan, con quien inició una estrecha amistad. Al año siguiente, el segundo matrimonio de su madre (considerado por Jean-Paul como «una traición») lo obligó a trasladarse a La Rochelle; hasta 1920 no regresó a París. En 1924 inició sus estudios universitarios en la École Normale Supérieure, donde conoció a Simone de Beauvoir, con quien estableció una relación que duraría toda su vida.
Tras cumplir el servicio militar, empezó a ejercer como profesor de instituto; en 1933 obtuvo una beca de estudios que le permitió trasladarse a Alemania, donde entró en contacto con la filosofía de Husserl y de Heidegger. En 1938 publicó La náusea, novela que pretendía divulgar los principios del existencialismo y que le proporcionó cierta celebridad, al tiempo que se convertía en símbolo de aquel movimiento filosófico. Movilizado en 1939, fue hecho prisionero, aunque consiguió evadirse en 1941 y regresar a París, donde trabajó en el liceo Condorcet y colaboró con A. Camus en Combat, el periódico de la Resistencia.
En 1943 publicó El Ser y la Nada, su obra filosófica más conocida, versión personal de la filosofía existencialista de Heidegger. El ser humano existe como cosa (en sí), pero también como conciencia (para sí), que sabe de la existencia de las cosas sin ser ella misma un en sí como esas cosas, sino su negación (la Nada). La conciencia sitúa al hombre ante la posibilidad de elegir lo que será; ésta es la condición de la libertad humana. Eligiendo su acción, el hombre se elige a sí mismo, pero no elige su existencia, que le viene ya dada y es requisito de su elección; de aquí la famosa máxima existencialista: «la existencia precede a la esencia».
Dos años más tarde, alcanzada ya la popularidad, abandonó la enseñanza para dedicarse exclusivamente a escribir; en colaboración con Aron, Merleau-Ponty y Simone de Beauvoir, fundó Les Temps Modernes, una de las revistas de pensamiento de la izquierda más influyentes de la posguerra.
Por esa época, Sartre inició una fluctuante relación con el comunismo, hecha de acercamientos (uno de los cuales provocó su ruptura con Camus en 1956) y alejamientos motivados por su denuncia del estalinismo o su protesta por la intervención soviética en Hungría. En su última obra filosófica, Crítica de la razón dialéctica (1960), se propuso una reconciliación del materialismo dialéctico con el existencialismo, al cual pasó a considerar como una ideología parásita del marxismo, y trató de establecer un fundamento de la dialéctica marxista mostrando que la actividad racional humana, la praxis, es necesariamente dialéctica.
En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura para no «dejarse recuperar por el sistema»; decididamente contrario a la política estadounidense en Vietnam, colaboró con Bertrand Russell en el establecimiento del Tribunal internacional de Estocolmo para la persecución de los crímenes de guerra.
Tras participar directamente en la revuelta estudiantil de mayo de 1968, multiplicó sus gestos públicos de izquierdismo, asumió la dirección del periódico La Cause du Peuple y fundó Tout!, de orientación maoísta y libertaria. En 1975 se inició el progresivo quebranto de su salud; la ceguera lo apartó de la lectura y la escritura durante los últimos años de su vida, tras haber completado su postrera gran obra, El idiota de la familia (1971-1972), dedicada al tema de la creación literaria, fruto de diez años que dedicó a la investigación de la personalidad de Gustave Flaubert.
CARACTERÍSTICAS DE ESTE HUMANISMO:
- Ser ateo, más por ausencia de Dios, que por negación. El ateísmo de Sartre es un ateísmo experiencial. No ha encontrado a Dios y por eso lo niega.
- "Me preguntaba a cada instante qué significaba yo a los ojos de Dios. Ahora conozco la respuesta. NADA. Dios no me ve ni me escucha. Dios no me conoce...el silencio es Dios. la soledad del hombre es Dios. La ausencia es Dios. Yo soy el que existe yo sólo determino el mal e invento el bien...". "Si Dios existe, el hombre es nada".
- El humanismo sartriano parte más del interior de su persona desconcertada que de planteos cósmicos, por eso hablamos de un humanismo existencial, fenomenológico.
- "Si Dios me hubiera evitado los sufrimientos, yo hubiera sido una obra de arte magnífica; seguro de ocupar un buen puesto en el concierto universal, hubiera esperado pacientemente a que me revelara sus designios, mi debilidad. Yo presentía la religión, la esperaba como un remedio. Si me la hubieran ocultado, la habría inventado yo mismo. Pero no me la negaron; educado en la religión católica, aprendí que el Todopoderoso ma había hecho para su gloria, esto era mucho más de lo que yo podía soñar. Pero más tarde empecé a no reconocer, en ese Dios artesano que se me enseñaba, al que mi alma buscaba; me hacía falta un Creador y se me daba un Amo severo; los dos no eran más que uno, pero yo lo ignoraba". (Las Palabras)
- El hombre es el centro de todo.
- Mi libertad soy yo.
- El hombre es un absurdo, una quimera y los otros hombres son el infierno para mí.
Albert Camus
(Mondovi, Argelia, 1913-Villeblerin, Francia, 1960) Novelista, dramaturgo y ensayista francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.
Formó entonces una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por trabajadores. Luego, ejerció como periodista durante un corto período de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa. En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir.
Empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Tal influjo se materializa en una visión del destino humano como absurdo, y su mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su novela, incapaz de participar en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia desgracia desde una indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el mundo.
Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se implicó en los acontecimientos del momento: militó en la Resistencia y fue uno de los fundadores del periódico clandestino Combat, y de 1945 a 1947, su director y editorialista. Sus primeras obras de teatro, El malentendido y Calígula, prolongan esta línea de pensamiento que tanto debe al existencialismo, mientras los problemas que había planteado la guerra le inspiraron Cartas a un amigo alemán.
Su novela La peste (1947) supone un cierto cambio en su pensamiento: la idea de la solidaridad y la capacidad de resistencia humana frente a la tragedia de vivir se impone a la noción del absurdo. La peste es a la vez una obra realista y alegórica, una reconstrucción mítica de los sentimientos del hombre europeo de la posguerra, de sus terrores más agobiantes. El autor precisó su nueva perspectiva en otros escritos, como el ensayo El hombre en rebeldía (1951) y en relatos breves como La caída y El exilio y el reino, obras en que orientó su moral de la rebeldía hacia un ideal que salvara los más altos valores morales y espirituales, cuya necesidad le parece tanto más evidente cuanto mayor es su convicción del absurdo del mundo.
Si la concepción del mundo lo emparenta con el existencialismo de Jean-Paul Sartre y su definición del hombre como «pasión inútil», las relaciones entre ambos estuvieron marcadas por una agria polémica. Mientras Sartre lo acusaba de independencia de criterio, de estirilidad y de ineficacia, Camus tachaba de inmoral la vinculación política de aquél con el comunismo.
De gran interés es también su serie de crónicas periodísticas Actuelles. Tradujo al francés La devoción de la cruz, de Calderón, y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega. En 1963 se publicaron, con el título de Cuadernos, sus notas de diario escritas entre 1935 y 1942. Galardonado en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, falleció en un accidente de automóvil.
- La vida es un absurdo, un sin sentido. La angustia es herencia irrenunciable. La vida es un hecho fatal.
- Cultivó un humanismo solidario; rechazó la segunda guerra mundial que terminó en 1945, las atrocidades allí cometidas pero también los abusos de la postguerra en los campos de refugiados con los prisioneros. Fustigó por sus crímenes a los alemanes nazistas, a los aliados y a los rusos.
- Se reprochó a sí mismo actos de cobardía e indiferencia ante el dolor del prójimo. "El mal está ahí pero yo también lo produzco y cultivo".
- Es padre del individualismo, para Camus la comunidad cuenta poco, casi nada.
HUMANISMO CRISTIANO
El Humanismo Cristiano es una filosofía política que defiende una plena realización del hombre y de lo humano dentro de un marco de principios cristianos. Entre sus principales exponentes se encuentra Jacques Maritain.
Jacques y Raïsa
(París, 1882 - Toulouse, 1973) Filósofo francés, uno de los más destacados defensores del neotomismo, a partir del cual se propuso edificar una metafísica cristiana, que él denominó "filosofía de la inteligencia y del existir".
Estudió en la Sorbona durante los años en el curso de los cuales imperaba el "cientismo" (entre sus maestros figuró Félix Le Dantec), y se licenció en letras y en ciencias naturales. Agregado de filosofía en 1905, consiguió una beca mediante la cual pudo cursar dos años (1906-1908) de estudios biológicos en Heidelberg, con Hans Driesch. Por aquel entonces contó entre sus amistades a celebridades posteriores (Ernest Psichari, Charles Péguy, etc.), y conoció a una joven hebrea rusa, Raïssa (diminutivo de Raquel) Urmansov, con la cual se casó.
Ésta se convirtió realmente para Maritain en un "auditorium ei simile". Poetisa y colaboradora del filósofo (se le debe, entre otras obras, el texto fundamental de la biografía de Jacques anterior a 1917, Las grandes amitiés), su vida ha llegado a confundirse con la del marido. Pronto experimentaron los dos una crisis filosófico-religiosa; Bergson, sin embargo, les libró de los prejuicios del positivismo y les devolvió la confianza en la metafísica, en tanto Léon Bloy, por su parte, les revelaba el semblante del catolicismo. Este último actuó como padrino en el bautismo de los esposos, que tuvo lugar el 11 de junio de 1906 en la iglesia de SaintJean l'Évangeliste de Montmartre.
La conversión al catolicismo constituyó una ruptura brusca; sin embargo, el conocimiento de Santo Tomás de Aquino (estudiado al principio con el auxilio de H. Clérissac, O. P.) aclaró a Maritain su misión filosófica. Inició entonces una intensa actividad docente en centros no estatales; además, promovió la renovación tomista y organizó numerosos círculos de estudios (a partir de 1919). Profesor de filosofía del Collége Stanislas en 1912, en 1914 fue llamado a enseñar filosofía moderna en el "Institut Catholique" de París (donde, en 1913, había dado una serie de conferencias reunidas luego en su primer volumen, La philosophie bergsonienne, de 1914).
En su obra, que abarcó más de medio siglo (su primer ensayo filosófico, La science moderne et la Raison, es de 1910), tiende a infundir nueva vida a la "filosofía cristiana" mediante la elaboración de un "tomismo vivo" en el cual, en tanto pretende permanecer rigurosamente fiel a los principios tomistas fundamentales, lleva a cabo una vigorosa renovación de la problemática. Sobre todo en el ámbito de la filosofía política, tras el alejamiento de la Action Française y de Maurras, realizó progresos que le convierten en teórico católico de la democracia.
Siquiera olvidado por los ambientes universitarios, su influjo fuera de Francia -singularmente en América- ha sido considerable, aun cuando no siempre admitido sin oposición. De sus textos, en conjunto unos cincuenta, mencionaremos únicamente los de mayor importancia. En el curso de una primera fase, que se prolonga aproximadamente hasta 1935, prevalecen los estudios de filosofía teorética; de este período cabe citar Art et scolastique (1920), Trois reformateurs (o sea Descartes, Lutero y Rousseau, 1925), Réflexion sur l'intelligence et sur la vie propre (1929), Distinguer por unir ou Les degrés du savoir (importante libro de la epistemología contemporánea, 1932), Sept leçon sur l'être et les premiers principes de la raison speculative (1934) y Science et sagesse (1935).
Durante una segunda etapa -sobre todo, según parece, tras la condenación pontificia de la Action Française- Maritain trata más bien temas de filosofía práctica; la obra maestra de esta fase es el célebre texto Humanisme intégral (1936), junto al cual cabe mencionar Primauté du Spirituel (1927), Du régime temporel et de la liberté (1933), Christianisme et démocratie (1942) y Principes d'une politique humaniste (1944).
En los años de su misión diplomática en Roma apareció Court traité de l'existence et de l'existant (1947), en tanto la prolongada permanencia en los Estados Unidos le indujo a publicar obras en inglés: Education of the Cross Roads (1944), Man and the State (1951), Creative Intuition in Art and Poetry (1953). En 1948 fue uno de los impulsores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Tras la muerte de su esposa, en 1960, se recluyó con los Hermanos de Jesús de Toulouse. La personne et le bien comun (La persona y el bien común), publicada en 1947, es otra de sus obras conocidas.
En su doctrina gnoseológica, Maritain reconoce diversos modos o grados del conocer. En primer lugar, el conocimiento científico, sujeto a la mediación matemática y en el que lo más importante es la prosecución pragmática, en detrimento del inquirimiento ontológico. Otro conocimiento es el de la intuición abstractiva, que es supraconceptual o pre-reflexivo. Finalmente tenemos el conocimiento por connaturalidad: es el que, aun realizándose en el intelecto, no se apoya en "relaciones" conceptuales; en él juega un importante papel el componente afectivo, como afectivo es también el conocimiento poético, así como, en cierto modo, el conocimiento moral.
Maritain defiende que la ética no debe fundarse exclusivamente sobre la base de la ciencia racional natural, dado que el hombre es miembro o partícipe de un orden sobrenatural. La ética, consecuentemente, debe subordinarse también a la teología. En el campo de la política, Maritain aboga por un humanismo integral. Se opone así tanto al liberal-capitalismo como a las sociedades totalitarias, imbuidas ambas de reduccionismo antropocéntrico. Hay que buscar una nueva ciudad temporal cristiana, distinta de la que se dio en la Edad Media, en la que la esfera de lo profano será a un tiempo autónoma y subordinada a lo sagrado y el Estado será laico, pero constituido cristianamente. Maritain distingue entre individuo (en lo que el hombre tiene de materia) y persona (por su condición espiritual). Como individuo, el hombre es parte de la sociedad y debe contribuir a ella para perfeccionarla, pero como persona, su fin es Dios, y su constitucionalidad primaria es la libertad.
Fue uno de los padres de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948 y uno de los grandes defensores del ideal democrático amenazado por las ideologías totalitarias del siglo pasado. Sus reflexiones sobre democracia, arte y ciencia constituyen un instrumento sólido y efectivo para la interpretación de los cambios que experimenta el mundo de hoy.
Se fundamenta en tres pilares:
- La Fe, parte de la Biblia.
- La razón, los datos de la ciencia sobre el hombre, la vida, etc.
- La experiencia del hombre tan milenaria y tan actual.
"El hombre del humanismo cristiano – dice Maritain – sabe que la vida política aspira a un bien común superior a una mera colección de bienes individuales... que la obra común debe tender, sobre todo, a mejorar la vida humana misma, a hacer posible que todos vivan en la tierra como hombres libres y gocen de los frutos de la cultura y del espíritu... aprecia la libertad como algo que hay que ser merecedor; comprende la igualdad esencial que hay entre él y los otros hombres y la manifiesta en el respeto y en la fraternidad; y ve en la justicia la fuerza de conservación de la comunidad política y el requisito previo que llevando a los no iguales a la igualdad, "hace posible que nazca la fraternidad cívica..."
Maritain ha propuesto el ideal del Humanismo Integral o de la denominada Nueva Cristiandad: «Este nuevo humanismo, sin común medida con el humanismo burgués y tanto más humano cuanto no adora al hombre, sino que respeta, real y efectivamente, la dignidad humana y reconoce derecho a las exigencias integrales de la persona, lo concebimos orientado hacia una realización socio-temporal de aquella atención evangélica a lo humano que debe no sólo existir en el orden espiritual, sino encarnarse, tendiendo al ideal de una comunidad fraterna»